Fue en el Municipio de Jocón en donde encontró el Patrón SANTIAGO DE YORO.
Un día, un vecino del pueblo, vagó por el campo en busca de algunos ganados que se le habían perdido; anduvo desde el alba hasta el medio día... todos los sitios más frecuentados por los dichos ganados, los visito; y no encontró ni huellas...
Fatigado y desconsolado, sintió hambre y sed. A su vista se despejaba un hermoso collado por donde corría un silencioso arroyuelo. Los pinos milenarios se mostraban alegres y la vida en aquel paraje en medio de la monotonía campestre se tornaba riente. Una enorme peña se encontraba a la derecha y orillada a la fuente.
Con paso lento y vacilante, nuestro “sabaneador” se encamina al pie de la peña para descansar un rato, pues la frescura le era propicia. Sobrecogido por algo inexplicable, escruta la peña, ¡Oh misterio! Lleno de pánico, observa que tiene al frente un santo. Con el pecho pletórico de alegría, le toma con el propósito de llevarlo; pero es en vano; el santo no permite. Entonces dispone regresar al pueblo y relata el misterioso hallazgo.
Se forma una comitiva y se encamina al lugar del suceso. Le reconocen: es “Santiago de Galicia”, militar distinguido. Tratan de llevarlo, le atan con lazos y al fin logran conducirlo a la iglesia del pueblo.
Después se dispone hacer una gira por los lugares de la provincia, para hacerse de dinero y construirle un templo; pero una vez que lo trajeron a la villa de “Santa Cruz del Oro”, observaron que con gran facilidad entro al templo de esta villa; más al intentar llevarlo de nuevo a Jocón ,se volvió pesadísimo y tan alto, que fue imposible sacarlo; entonces se convino de que aquí se quedaría, trasladando en cambio a Jocón la “Virgen de los Ángeles”. Desde aquel día, es Santiago el Patrón de la grey católica de Yoro.
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